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La fiesta carnavalera del presente año convirtió a Huari en edén de alegría, colorido jardín de comparsas y mar de emoción popular que orgullosa participó de la celebración de esta ancestral costumbre.
Niños, jóvenes y toda la multitud huarina abarrotó la plaza mayor, el parque vigil y las principales avenidas para convertir en escenarios del juego libre. Provista de globos, baldes y chisguetes con agua, la multitud carnavalera disfrutó de un día esplendoroso.
Organizados por bandos barriales, eufóricos grupos literalmente se confrontaron lanzándose agua fresca unos a otros; en reto quién moja más.
Los lugares de mayor concentración fueron las piletas céntricas de la plaza mayor y el parque Vigil, donde el alboroto llegó a su clímax, inundando de agua y ensordecedor bullicio de los carnavaleros.
El chapuzón carnavalero dominical fue un motivo para el reencuentro de los huarinos; que en torno a esta celebración ratificaron su identidad y revaloración de este legado que nos une, nos hermana, da vida y llena de alegría.
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