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Como reza el dicho: “la fe mueve montañas”, un grupo de devotos en la provincia ancashina de Huari aprovechando la celebración de Semana Santa erigieron la cruz más alta en la montaña cónica natural de Llamoj, allí en ese espacio entre el cielo y la tierra.
Los feligreses de varias comunidades en su mayoría varones trasladaron el madero en dos piezas, recorrieron más de cinco kilómetros cuesta arriba, cruzando hermosas cascadas y por un verde follaje de la naturaleza andina de aromáticas flores silvestres.
Con un sol abrazador de la tarde se llega a la montaña donde se inicia el armado de la cruz que para la ocasión fue pintada de blanco y en un trabajo colectivo adornan el madero con mantas de seda.
A la puesta del sol y luego de un arduo trabajo de varias horas los feligreses entre niños, jóvenes y adultos lograron elevar la cruz de Llamoj, provistos de sogas y palos. Una vieja tradición que se realiza después de 10 años.
Desde este mirador se aprecia la cadena montañosa de los nevados del Parque Nacional Huascaran, además la ciudad de Huari rodeado de impresionante paisaje natural.
Como parte de esta costumbre y al término de la faena los devotos participan en un almuerzo de comida andina, siendo el principal ingrediente la papa, además se bebe la rica chicha de jora como pago a esta montaña.
Con un especial matiz del atardecer de esta zona alto andina dejamos la milagrosa cruz de Llamoj, bajo nuestras plegarias y ruegos como muestra de fe inquebrantable de todo un pueblo religioso.