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Música, coloridos globos, serpentinas, pero sobre todo bastante talco fueron los ingredientes perfectos para el desarrollo del tradicional wachihualito, arboles de capulíes adornados con frutas, globos, serpentinas y regalos que fueron plantados alrededor y en el centro de la plaza de Huari.
Por la mañana los carnavaleros huarinos se trasladan al campo para cortar el árbol frondoso de capulí, al son de la caja y el pincullo los aficionados a esta tradición jalan con soga el pesado arbusto, mientras otro cortan el madero, y otros esperan para cargar. Esta vez el alcalde huarino se dio tiempo para participar en esta vieja costumbre de nuestros pueblos del Perú profundo.
Un gran número de personas son los encargados de adornar los árboles, mientras este trabajo se torna de juego con talco, dando la bienvenida a la fiesta a los transeúntes y visitantes.
Casi culmina la tarde el árbol se encuentra adornado con coloridas mantas, globos, serpentinas, canastas, frutas, y otros esperando a los carnavaleros que bailaran bajo el frondoso y decorado árbol.
Cae la noche inicia el baile alrededor del capulí, provistos de machetes sobre una ronda cortan la madera, mientras la algarabía toma cuerpo bajo la noche huarina al son de la banda musical que toca su amplio repertorio.
De esta manera finalizó el carnaval huarino 2014, con mucha algarabía del pueblo que celebró como en antaño esta tradicional fiesta andina.