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Los sueños y las esperanzas quedan marcas para siempre cuando llegas a la cumbre y observas con quietud la milagrosa Cruz de Llamoj e invocas tus plegarias y oraciones por el regalo que te brinda la naturaleza con los primeros rayos del sol.
Los peregrinos que llegaron de diversas partes del país, desde tempranas horas junto al madero observan el impresionante paisaje andino con el celeste cielo y los imponentes nevados de la cordillera blanca. Es un verdadero mirador la montaña del Apu Llamoj que sobrepasa los 4,000 metros de altitud.
Esta vieja tradición de sincretismo religioso se mantiene desde hace una década en los corazones de cientos de feligreses andinos en la Provincia ancashina de Huari, quienes todo los años en una larga peregrinación acampan en la montaña de Llamoj sobre los 4,000 m.s.n.m, para participar en los actos celebratorios de la milagrosa Cruz de Llamoj.