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Con total algarabía y al son de instrumentos andinos los comuneros del centro poblado de Acopalca en la provincia ancashina de Huari, participaron de manera colectiva en el tradicional trilla de cebada y como parte de sus costumbres ancestrales presentan estas imponentes tabladas elaboradas con frutas, panes, carnes de chancho y cuyes.
Los comuneros realizan la trilla de cebada, es decir, separan el grano de cebada de las pajas provistas de caballos y tradicionales herramientas de palo en forma de tenedores llamado la orqueta.
El trabajo se desarrolla en una faena comunal, donde los lugareños de manera colectiva participan en las diversas actividades sobre la tradicional era, lugar donde se acumula el cultivo seco.
Esta actividad ancestral se desarrolla todo los años en el mes de julio, luego de recolectar la cebada seca de los terrenos de la comunidad, tras la cebada pampay o siembra de cebada en el mes de marzo.
A la mitad del trabajo colectivo confundidos en total algarabía, los comuneros celebran al son de la caja y el pincullo, bebiendo sus aguardientes y la rica chicha de jora.
Finaliza la jornada cuando los comuneros presentan sus tradicionales tabladas de 4 metros de alto, la misma que fue adornado con frutas, panes, bizcochos, roscas y carnes de chancho y cuy, mientras las mujeres cargados de sus tanta wawas bailando guían el recorrido de la tablada, la misma que es cargado por los comuneros.
Esta es una costumbre ancestral que se mantiene en el tiempo, siendo sus protagonistas los pobladores de la comunidad de Acopalca.
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